viernes, 20 de junio de 2014

Vajillas asesinas

Todo el mundo sabe que las vajillas de oro y plata son lujos al alcance de unos pocos. Debido a que son metales preciosos, el precio de estos elementos suele ser desorbitado, simplemente por el material del que están hechos, independientemente de lo horteras que puedan ser. Sin embargo, hoy os traigo una razón por la que podría merecer la pena tener una vajilla de plata, aunque sea horrorosa.

Lo creais o no (yo no tenía ni idea) la plata es un agente antibacteriano muy potente, y parece ser que esto ya se sabía desde tiempos de fenicios y egipcios, quienes utilizaban cisternas de plata para almacenar el agua y evitar su contaminación. Debido a esta misma propiedad, los emperadores chinos comenzaron a utilizar cubiertos de plata en su vida diaria, costumbre que se fue extendiendo entre los "pudientes" e hizo que se empezaran a fabricar también platos, vasos y copas de este mismo metal.

Esta propiedad bactericida de la plata se ha aplicado también en diferentes ámbitos a lo largo de la historia, utilizándose sobre todo como un agente contra los microorganismos en el ámbito alimenticio. Sin embargo, hasta hace poco no se conocía el mecanismo por el cuál este elemento era capaz de impedir el crecimiento de las bacterias, pero gracias a un estudio llevado a cabo por José Rubén Morones-Ramírez y colaboradores en la Universidad Autónoma de Nueva León (México) parece que se ha descubierto. En el artículo titulado Silver Enhances Antibiotic Activity Against Gram-Negative Bacteria, este grupo de científicos concluye que las partículas de plata son capaces de modificar la permeabilidad de la membrana que recubre a las bacterias, lo que facilitaría la entrada de antibióticos en estas células para su destrucción. Por otro lado, el contacto de las bacterias con la plata provoca que generen unos compuestos conocidos como radicales libres, los cuales resultan especialmente tóxicos para las células, por lo que ayuda también a eliminar estos microbios.


En cualquier caso, por mucho que la plata sea tóxica para las bacterias (y no para nuestras propias células), habrá que seguir fregando después, por lo que, puestos a elegir, yo me quedo con esta otra vajilla, ¿y vosotros?